REFLEXIÓN FINAL
Bueno, pues esto se acaba, ahora de verdad. Esta última reflexión está dedicada a esos mitos que inundan nuestras mesas y cocinas. Algunos de los que más me han sorprendido, como el de la miel o la jalea, son claro ejemplo de cómo damos por sentado las cosas sin plantearnos su veracidad. No iba a ser menos en el mundo de la alimentación.
Otros, sin embargo, si los conocía, pero no querría entrar en redundancias. Somos dueños de lo que comemos, y sobre todo de las cantidades que comemos. De ello depende en gran parte nuestra salud. La máquina funcionará bien con el carburante adecuado y un mantenimiento acorde. Seamos responsables y ejemplo para los demás, y ayudemos a que más gente conozca la importancia de huir de creencias sin sustento.
Querría además aprovechar la presente para mostrar mi satisfacción con este curso. Me apunté porque me pareció interesante y varios compañeros y compañeras se habían apuntado, pero a medida que iba avanzando en el mismo me iba gustando más. Agradezco la posibilidad que se brinda (además de manera gratuita) a los docentes de seguir aprendiendo, sobre todo acerca de temas como éste que en nuestros tiempos (tampoco hace tanto...) ni se conocían.
Gracias y hasta la próxima.
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